martes, 14 de julio de 2009

MIS POESIAS Y POETAS FAVORITOS



José Santos Chocano (1875-1934)


Nació en Lima, Perú. Fue gran defensor del americanismo, revolucionario ardiente, protector de los indios y opositor del imperialismo estadounidense. Tras muchas detenciones, fue asesinado en Chile.Cantó a su América con exuberante lirismo y con las nuevas técnicas poéticas, en particular modernistas, aunque ensayó nuevos ritmos y formas. También tiene poemas íntimos que no tienen nada que ver con su ideología política y social.....A pesar de las tempranas innovaciones de González Prada — versos pulidos en talleres cosmopolitas, con facetas del Parnaso, con luces del simbolismo, con técnicas polirrítmicas — , el Perú acogió el modernismo muy tarde. Pero los dos nombres que ofrece son de importancia: Chocano y Eguren. El viento se ha llevado casi toda la obra de José Santos Chocano (Perú, 1875—1934) porque tenía la elocuencia de las palabras declamadas en la plaza pública. Estaba más cerca de Díaz Mirón que de Rubén Darío; y si se lo agrupa con Darío y otros modernistas es porque era un visual que había aprendido a pintar lo que veía con el lenguaje parnasiano. Lo que vio, sin embargo, fue diferente de la realidad de los modernistas. Chocano se dedicaba a cantar los exteriores de América: naturaleza, leyendas y episodios históricos, relatos con indios, temas de la acción política. Se puso a la cabeza del movimiento modernista en el Perú. Tenía, para ello, la egolatría de un caudillo y un verbo torrencial. Además, su dominio de las técnicas nuevas del verso servía en el fondo a temas fáciles y populares. Un poeta de la élite, pero en la calle. Es natural que lo ap1audieran. Sus libros más famosos — Alma América, poemas indo-españoles, 1906, y Fiat Lux, 1908 — fueron expresión de lo nacionalista de la poesía de esos años.

*****





¡Quién Sabe!

Indio que asomas a la puerta de esa tu rústica mansión,
¿para mi sed no tienes agua?
¿para mi frío, cobertor?,
¿parco maíz para mi hambre?,
¿para mi sueño, mal rincón?
¿breve quietud para mi andanza?…
¿¡Quién sabe, señor!

Indio que labras con fatiga
tierras que de otro dueño son:
¿ignoras que deben tuyas ser,
por tu sangre y tu sudor?
¿Ignoras tú que audaz codicia,
siglos atrás, te las quitó?
¿Ignoras tú que eres el amo?
¿¡Quién sabe, señor!

Indio de frente taciturna
y de pupilas sin fulgor,
¿qué pensamiento es el que escondes
en tu enigmática expresión?
¿Qué es lo que buscas en tu vida?
¿qué es lo que imploras a tu Dios?,
¿qué es lo que sueña tu silencio?
¿¡Quién sabe, señor!

¡Oh raza antigua y misteriosa
de impenetrable corazón,
 que sin gozar ves la alegría
y sin sufrir ves el dolor;
eres augusta como el Ande,
el Grande Océano y el Sol!

Ese tu gesto, que parece
como de vil resignación,
es de una sabia indiferencia
y de un orgullo sin rencor…
Corre en mis venas sangre tuya,
y, por tal sangre, si mi Dios
me interrogase qué prefiero,
¿cruz o laurel, espina o flor,
beso que apague mis supiroso
y hiel que colme mi canción?
responderíale dudando:
¿¡Quién sabe, Señor!
***

BLASÓN


Soy el cantor de América autóctono y salvaje:
mi lira tiene un alma, mi canto un ideal.
Mi verso no se mece colgado de un ramaje
con el vaivén pausado de hamaca tropical...
Cuando me siento inca, le rindo vasallaje al Sol,
que me da el cetro de su poder real;
cuando me siento hispano y evoco el coloniaje
parecen mis estrofas trompetas de cristal.
Mi fantasía viene de un abolengo moro:
los Andes son de plata, pero el león, de oro,
y las dos castas fundo con épico fragor.
La sangre es española e incaico es el latido;
y de no ser poeta, quizá yo hubiera sido
un blanco aventurero o un indio emperador.
***

CUACTHEMOC 

Solemnemente triste fue Cuacthemoc.
Un día un grupo de hombres blancos se abalanzó hasta él;
y mientras que el imperio de tal se sorprendía,
el arcabuz llenaba de huecos el broquel.
Preso quedó; y el Indio, que nunca sonreía,
una sonrisa tuvo que se dehizo en hiel.
¿En dónde está el tesoro?- clamó la vocerría;
y respondió un silencio más grande que el tropel...
Llegó el tormento... Y alguien de la imperial nobleza quejóse.
El Héroe díjole, irguiendo la cabeza
-¡Mi lecho no es de rosas!- y se volvió a callar.
En tanto, al retostarle los pies, chirriaba el fuego,
que se agitaba a modo de balbuciente ruego,
porque se hacía lenguas
como queriendo hablar!
***

La Tristeza Del Inca


Este era un Inca triste,
de soñadora frente, de ojos siempre dormidos y sonrisa de hiel,
que recorrió su imperio, buscando inútilmente a una doncella hermosa y enamorada de él.
Por distraer sus penas, el Inca dio en guerrero; puso a su tropa en marcha y el broquel requirió; fue sembrando despojos sobre cada sendero y las nieves más altas con su sangre manchó.
Tal, sus flechas cruzaron inviolables regiones, en que apenas los ríos se atrevían a entrar;
y tal fue, derramando sus heroicas legiones: de la selva a los andes
de los andes al mar.

Fue gastando las flechas
que tenía en su aljaba, una vez y otra y otra, de región en región,
porque cuando salía victorioso, lograba levantar la cabeza, pero no el corazón.
Y ya cuando de tanto levantar la cabeza, celebró bailes magnos y banquetes sin fin, pero no logra nada disipar su tristeza, ni la sangre del choque, ni el licor del festín.
Nadie entraba en el fondo de su espíritu oculto: ni las cándidas niustas de dinástico rol,
ni las scires de Quito consagradas al culto ni del Cuzco tampoco
las vestales del Sol.

Fue llamado el más viejo sacerdote:
" Adivina este mal que me aqueja y el remedio del mal",
dijo al gran sacerdote, con voz trémula y fina, aquel joven monarca, displicente y sensual.
-¡Ay, señor! - dijo el viejo sacerdote – Tus penas remediarse no pueden; tu pasión es mortal.
La mujer que has ideado tiene añil en las venas un trigal en los bucles y en la boca un coral. - ¡Ay, señor! - ciertos días vendrán hombres muy blancos, Ha de oírse en los bosques el marcial caracol: cataratas de sangre colmaran los barrancos, y entrarán otros dioses en el Templo del Sol. La mujer que has ideado pertenece a tal raza, vanamente la buscas en
tu innumera grey, y servirte no pueden oración ni amenaza,
porque tiene otra sangre, otro dios y otro rey.

Cuando el rito sagrado
le mando optar esposa, hizo astillas el cetro con vibrante dolor,
y aquel joven monarca se enterró en una fosa y pensando en la rubia
fue muriendo de amor.
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Delmira Agustini
(Montevideo, 24 de Octubre de 1886- Montevideo,  6 de julio de 1914 )de 1 6 de julio de 1914)
Fue una poetisa y activista femenina uruguaya. Nació y fue criada en una familia que a pesar de ser conservadora y tener conductas estrictas, la mimaba mucho. Fue una niña precoz. Además de componer versos desde que tenía diez años, realizó estudios de francés, música y pintura. Colaboró en la revista La Alborada, y en Apolo. Formó parte de la Generación de 900, junto a Julio Herrera y Reissig, Leopoldo Lugones, Rubén Darío y Horacio Quiroga, al que consideraba su maestro. Darí llegó a compararla con Santa Teresa, diciendo de ella que era la única, desde la santa en expresarse como mujer.  Se especializó en la sexualidad femenina en una época en la que el mundo estaba dominado por el hombre. Eros es el protagonista en muchos de sus poemas y obras literarias. Dedicó su tercer libro a este último, titulado Los cálices vacíos ( (1913) lo que significó su entrada al movimiento de vanguardia. Contrajo matrimonio con Enrique Job Reyes el 14 de agosto de 1913, pero por diversas desavenencias conyugales lo abandonó un mes y medio más tarde, divorciándose el 5 de junio de 1914. En julio del mismo año muere asesinada por su ex esposo, que después se suicidó.

Con Tu Retrato
Delmira Agustini


Yo no sé si mis ojos
o mis manos encendieron la vida en tu retrato;
nubes humanas, rayos sobrehumanos,
todo tu Yo de Emperador innato amanece a mis ojos, en mis manos.
Por eso, toda en llamas, yo desato cabellos y alma para tu retrato,
y me abro en flor!…
Entonces, soberanos de la sombra y la luz, tus ojos graves
dicen grandezas que yo sé y tú sabes…y te dejo morir…
Queda en mis manos una gran mancha lívida y sombría…
¡Y renaces en mi melancolía
formado de astros fríos y lejanos!
*** 


Explosión

Si la vida es amor, ¡bendita sea!
¡Quiero más vida para amar!
Hoy siento que no valen mil años de la idea
lo que un minuto azul de sentimiento.
Mi corazón moría triste y lento...
Hoy abre en luz como una flor febea.
¡La vida broa como un mar violento
donde la mano del amor golpea!
Hoy partió hacia la noche, triste, fría...
rotas las alas, mi melancolía;
como una vieja mancha de dolor en la sombra
lejana se deslíe...
¡Mi vida toda canta, besa, ríe!
¡Mi vida toda es una boca en flor!



El Intruso
Delmira Agustini
Amor, la noche estaba trágica y sollozante
cuando tu llave de oro cantó en mi cerradura;
luego, la puerta abierta sobre la sombra helante,
tu forma fue una mancha de luz y de blancura.
Todo aquí lo alumbraron tus ojos de diamante;
bebieron en mi copa tus labios de frescura;
y descansó en mi almohada tu cabeza fragante;
me encantó tu descaro y adoré tu locura.
¡Y hoy río si tú ríes, y canto si tú cantas;
y si duermes, duermo como un perro a tus plantas!
¡Hoy llevo hasta en mi sombra tu olor de primavera;
y tiemblo si tu mano toca la cerradura;
y bendigo la noche sollozante y oscura
que floreció en mi vida tu boca tempranera!

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Edgar Allan Poe en los 200 años de su nacimiento


Edgar Allan Poe
(Boston, E.U, 19 de enero de 1809 - Baltimore, E.U. 7 de octubre de 1849)

Fue un hombre  que vivió siempre al filo del misterio y de la muerte Nació en Boston, Massachusetts el 19 de enero de 1809. Fue hijo de Elizabeth Arlold Poe y David Poe, actores ambulantes de teatro, quienes lo dejaron huérfano a la muy temprana edad de dos años. Su carácter se forjó a través de varios factores importantes que influyeron en su desarrollo intelectual. La herencia de sus padres tuberculosos influyó probablemente en su precaria salud y en la poca resistencia al alcohol que padeció durante toda su vida. Debe haberlo marcado el hecho de que desde muy pequeño quedo huérfano y tambien el hecho de saber que vivía de la caridad de sus parientes. Le tocó también vivir una época conflictiva y profundos cambios sociales : la creciente hostilidad entre el Norte y el Sur, la esclavitud, y las leyendas de horror y misterio que los esclavos negros relataban. Fue criado por John Allan, un rico hombre de negocios de Richmond (Virginia), del que tomó su apellido. John Allan se dedicaba al comercio de tabaco en Virginia. Poe siempre tuvo problemas con él y sus diferencias, en vez de disminuir, fueron agravándose al paso del tiempo.Durante su adolescencia empezó a escribir poemas con los que enamoró a una larga lista de mujeres. Su mayor influencia fue Lord Byron, aunque leía todo lo que estaba a su alcance. Recibio su educación en Inglaterra y en Norteamérica pero su vida universitaria fue rebelde y libertina y siempre estuvo en jaque por el poco apoyo económico que recibía por parte de su protector. Es en esta época cuando el poeta empieza a beber. Lo interesante es que unas cuantas copas bastaban para volverlo loco; no soportaba mucho alcohol. Como era de esperarse, el joven Allan fue expulsado de la Universidad de Virginia. Entonces, marchó a Boston, luego de romper relaciones con su padre adoptivo.En Boston publicó, en 1827, "Tamerlán", su primer volumen de poesías. En esa obra se percibe una leve inclinación byroniana.La miseria y el hambre lo acompañaron y no tuvo más remedio que enrolarse en el ejército, pero tampoco allí duró mucho, por lo que tuvo que volver a recurrir a John Allan en busca de ayuda, la cual no le fue concedida y mucho menos después de que muriera la esposa de éste, hecho que prácticamente marcó el rompimiento del poeta con su protector.
En 1830 lo admitieron en la Academia Militar de West Point, de la que pronto fue expulsado y es entonces cuando se inicia su agitada carrera literaria. Publica "Poesías" en 1831, obra en la que ya muestra un estilo propio, con un matiz auténtico.Con la muerte de John Allan, el poeta pierde toda esperanza de que su trabajo literario se realice en condiciones económicas favorables.
Poe vivió en varias ciudades: Nueva York , Filadelfia, Baltimore, en donde trabajó en diversas revistas como crítico, tarea que le costó muchas enemistades, por la clase de crítica que realizaba; pues destrozaba a sus contemporáneos.En 1836 se casó con Virginia Clemm, una prima de trece años de edad. Dicho matrimonio colaboró, con su deteriorado equilibrio mental.
.Algunos de los lugares en que trabajó fueron : Southern literary messanger (1835), su primer empleo estable; Burton's Magazine (1838) en Filadelfia; Graham´s Magazine (1840) (en este periodo es cuando su esposa Virginia enferma de tuberculosis); New York Sun (1844) ; Evening Mirror ( 1845) ; Broadway Journal (1845)(es a partir de este periodo cuando alcanzó la fama que traspasaría la frontera ) y finalmente enGodey's lady's Book (1846) donde criticó y despedazó a los literatos de New York con los que convivía.Por entonces vivía al día, como periodista con un sueldo mediocre, pero estas actividades lo llevaron a conseguir muchos trabajos en calidad de colaborador y posteriormente, llegar a la dirección de numerosos periódicos, entre ellos el "Southern Literary Messenger", el cual se convirtió bajo su dirección en el más importante periódico del sur.La característica principal de todos estos empleos radica en que recibía un sueldo mísero, pero a cambio le daban la oportunidad de publicar sus relatos y alcanzar la fama. Sólo la fama , porque la mayor parte del tiempo vivió en la más absoluta miseria, con algunos lapsos de relativa calma.En 1847 muere la esposa de Poe, víctima de la tuberculosis. Hundido en la desolación, el autor terminó, en 1849, el poema "Eureka". Con la muerte de Virginia, la vida de Poe se vino abajo. Aunque mantuvo relaciones con Sarah  Helen Whitman y con Elmira, su novia de juventud, quien alivió en parte su dolor, Poe había llegado a un punto sin retorno. Pocos días antes de casarse por segunda vez y después de haber celebrado el inminente acontecimiento con algunos amigos, lo encontraron, moribundo, en una calle de Baltimore. Falleció cuatro días después, el 7 de octubre de 1849. Sus últimas palabras fueron "que dios ayude a mi pobre alma".


ELDORADO

Brillantemente ataviado,
un galante caballero,
viajó largo tiempo al sol y a la sombra, cantando su canción,
a la busca de Eldorado.
Pero llegó a viejo, el animoso caballero,
y sobre su corazón cayó la noche
porque en ninguna parte encontró la tierra de Eldorado.
Y al fin, cuando le faltaron las fuerzas, pudo hallar una sombra peregrina.
— Sombra, —le preguntó— ¿donde podría estar esa tierra de Eldorado?
— «Más allá de las montañas de la Luna, en el fondo del valle de las sombras; cabalgad, cabalgad sin descanso —respondió la sombra,— si buscáis Eldorado


A MI MADRE
(Soneto)

Porque siento que allá arriba, en el cielo,
 los ángeles que se hablan dulcemente al oído,
no pueden encontrar entre sus radiantes palabras de amor
una expresión más ferviente que la de «madre»,
 he ahí por qué, desde hace largo tiempo os llamo con ese nombre querido,
a ti que eres para mí más que una madre y que llenáis el santuario de mi corazón
 en el que la muerte os ha instalado, al libertar el alma de mi Virginia.
Mi madre, mi propia madre, que murió en buena hora, no era sino mi madre.
Pero vos fuisteis la madre de aquella que quise tan tiernamente,
y por eso mismo me sois más querida que la madre que conocí,
más querida que todo, lo mismo que mi mujer era más amada por mi alma
que lo que esta misma amaba su propia vida.


ANNABEL LEE
Hace ya bastantes años,
en un reino más allá de la mar vivía una niña
que podéis conocer con el nombre de Annabel Lee.
Esa niña vivía sin ningún otro pensamiento que amarme y ser amada por mí.
Yo era un niño y ella era una niña en ese reino más allá de la mar;
pero Annabel Lee y yo nos amábamos con un amor que era más que el amor;
un amor tan poderoso que los serafines del cielo nos envidiaban, a ella y a mí.
Y esa fué la razón por la cual, hace ya bastante tiempo,
en ese reino más allá de la mar un soplo descendió de una nube, y heló a mi bella Annabel Lee;
de suerte que sus padres vinieron y se la llevaron lejos de mí para encerrarla en un sepulcro,
en ese reino más allá de la mar.
Los ángeles que en el cielo no se sentían ni la mitad de lo felices que éramos nosotros,
nos envidiaban nuestra alegría a ella y a mí.
He ahí porque (como cada uno lo sabe en ese reino más allá de la mar)
 un soplo descendió desde la noche de una nube, helando a mi Annabel Lee.
Pero nuestro amor era más fuerte que el amor de aquellos que nos aventajan en edad y en saber,
 y ni los ángeles del cielo ni los demonios de los abismos de la mar podrán
separar jamás mi alma del alma de la bella Annabel Lee.
Porque la luna jamás resplandece sin traerme recuerdos de la bella Annabel Lee;
y cuando las estrellas se levantan, creo ver brillar los ojos de la bella Annabel Lee;
y así paso largas noches tendido al lado de mi querida,
—mi querida, mi vida y mi compañera,— que está acostada en su sepulcro más allá de la mar,
en su tumba, al borde de la mar quejumbrosa.
1849






Lord Byron
Londres, 22 de enero de 1788- Mssolonghi, Grecia, 19 de abril de 1824)

                   
El 22 de enero del 2008 se cumplieron 230 años del nacimiento de George Gordon Byron, más conocido como Lord Byron. George Gordon Byron, sexto Baron de Byron fue un poeta inglés considerado uno de los escritores más versátiles e importantes del Romanticismo. Se involucró en revoluciones en Italia y en Grecia, en donde murió de malaria en la ciudad de Missolinghi. Su hija Ada Lovelace contribuyó en la invención de la máquina analítica junto con Charles Babbage. En este blog dedicado a la poesía es muy grato para mi incluir uno de sus más bellos poemas. 

¡Todo acabó!
La vela temblorosa se despliega a la brisa de la mar,
y yo dejo esta playa cariñosa en donde queda la mujer hermosa,
¡Ay!, la sola mujer que puedo amar.
Si pudiera ser hoy lo que antes era,
y mi frente abatida reclinar en ese seno que por mí latiera,
quizá no abandonara esta ribera y a la sola mujer que puedo amar.
-Yo no he visto hace tiempo aquellos ojos que fueron mi contento y mi pesar;
los amo, a pesar de sus enojos, pero abandono Albión, tierra de abrojos,
y a la sola mujer que puedo amar. -
Y rompiendo las olas de los mares,
a tierra extraña, patria iré a buscar;
mas no hallaré consuelo a mis pesares,
y pensaré desde extranjeros lares en la sola mujer que puedo amar.

-Como una viuda tórtola doliente
mi corazón abandonado está,
porque en medio de la turba indiferente
jamás encuentro la mirada ardiente
de la sola mujer que puedo amar.
Jamás el infeliz halla consuelo ausente del amor y la amistad,
y yo, proscrito en extranjero suelo,
remedio no hallaré para mi duelo lejos de la mujer que puedo amar.
-Mujeres más hermosas he encontrado,
mas no han hecho mi seno palpitar,
que el corazón ya estaba consagrado
a la fe de otro objeto idolatrado,
a la sola mujer que puedo amar.
Adiós, en fin. Oculto en mi retiro,
en el ausente nadie ha de pensar;
ni un solo recuerdo, ni un suspiro me dará la mujer por quien deliro,
¡Ay!, la sola mujer que puedo amar.

-Comparando el pasado y el presente,
el corazón se rompe de pesar,
pero yo sufro con serena frente
y mi pecho palpita eternamente
por la sola mujer que puedo amar.
Su nombre es un secreto de mi vida
que el mundo para siempre ignorará,
y la causa fatal de mi partida
la sabrá sólo la mujer querida, ¡Ay!, la sola mujer que puedo amar.

-¡Adiós!..Quisiera verla..mas me acuerdo
que todo para siempre va a acabar;
la patria y el amor, todo lo pierdo...
pero llevo el dulcísimo recuerdo
de la sola mujer que puedo amar. -
¡Todo acabó! La vela temblorosa se despliega a la brisa de la mar, y yo dejo esta playa cariñosa en donde queda la mujer hermosa, ¡Ay!, la sola mujer que puedo amar.
****





Joaquín María Bartrina y de Aixemús 

                                               ( Reus, 1850- Barcelona, 1880)

Poeta bilingüe en castellano y catalán y autor dramático español vinculado al realismo, uno de los abuelos de la literatura de  vanguardia española. De él es este bellísimo poema.

A QUIEN YO SÉ


JOAQUIN BARTINA


Me engañaste,

y  “¡No has sido tú el primero!”
dijeron mis amigos,
un tiempo de tus pérfidos engaños
victimas o testigos.

No sé quién fue el primero

más el último
sé que será un gusano.
Buscará el corazón en tu cadáver,
y ha de buscarlo en vano.




ALFONSINA STORNI  Martignoni 
(Sala Capriasca, Suiza, 22 o 29 de mayo de 1892- Mar de Plata, Argentina, 25 de octubre de 1938)

Fue una poetisa y escritora argentina. Sus padres, dueños de una cervecería en San Juan,  regresaron a Suiza en 1891.  Y en 1896 volvieron a Argentina junto con Alfonsina, quien había nacido durante la estadía de la pareja en el país europeo. En San Juan concurrió al jardín de infantes y desarrolló la primera parte de su infancia. A principios del siglo XX la familia se mudó a Rosario, donde su madre fundó una escuela domiciliaria y su padre instaló un café cerca de la estación de ferrocarril Rosario Central. Alfonsina se desempeñó como mesera en el negocio familiar, pero dado que este trabajo no le gustaba se independizó y consiguió empleo como actriz. Más tarde recorrería varias provincias en una gira teatral. En 1935 fue diagnosticada con cáncer de mama del cual fue operada. A pedido de un medio periodístico se realizó un estudio de quirología, cuyo diagnóstico no fue acertado. Esto la deprimió, provocándole un cambio radical en su carácter y llevándola a descartar los tratamientos médicos para combatirla.
Se suicidó en Mar del Plata arrojándose de la escollera del Club Argentino de Mujeres. Hay versiones románticas que dicen que se internó lentamente en el mar. Su cuerpo fue velado inicialmente en esa ciudad balnearia y finalmente en Buenos Aires. Actualmente sus restos se encuentran enterrados en el Cementerio de la Chacarita. 


Dos palabras

Esta noche al oído me has dicho dos palabras
Comunes. Dos palabras cansadas
De ser dichas. Palabras
Que de viejas son nuevas.

Dos palabras tan dulces que la luna que andaba
Filtrando entre las ramas
Se detuvo en mi boca. Tan dulces dos palabras
Que una hormiga pasea por mi cuello y no intento
Moverme para echarla.

Tan dulces dos palabras
?Que digo sin quererlo? ¡oh, qué bella, la vida!?
Tan dulces y tan mansas
Que aceites olorosos sobre el cuerpo derraman.

Tan dulces y tan bellas
Que nerviosos, mis dedos,
Se mueven hacia el cielo imitando tijeras.
Oh, mis dedos quisieran
Cortar estrellas.



LA CARICIA PERDIDA

Alfonsina Storni


Se me va de los dedos la caricia sin causa,
se me va de los dedos… En el viento, al pasar,
la caricia que vaga sin destino ni objeto,
la caricia perdida ¿quién la recogerá?
Pude amar esta noche con piedad infinita,
pude amar al primero que acertara a llegar.
Nadie llega. Están solos los floridos senderos.
La caricia perdida, rodará… rodará…

Si en los ojos te besan esta noche, viajero,
si estremece las ramas un dulce suspirar,
si te oprime los dedos una mano pequeña
que te toma y te deja, que te logra y se va.

Si no ves esa mano, ni esa boca que besa,
si es el aire quien teje la ilusión de besar,
oh, viajero, que tienes como el cielo los ojos,
en el viento fundida, ¿me reconocerás?





Gustavo Adolfo Becquer



( Sevilla, 17 de febrero de 1836 - Madrid, 22 de diciembre de 1870)

 Gustavo Adolfo Claudio Domínguez Bastida  más conocido como Gustavo Adolfo Bécquer, fue un  poeta y narrador español, perteneciente al movimiento del Romanticismo, aunque escribió en una etapa literaria perteneciente al Realismo.  Por ser un romántico tardío, ha sido asociado igualmente con el movimiento posromántico. Aunque, mientras vivió, fue moderadamente conocido, sólo comenzó a ganar verdadero prestigio cuando, tras su muerte, fueron publicadas muchas de sus obras. Sus más conocidos trabajos son sus Rimas y Leyendas. Los poemas e historias incluidos en esta colección son esenciales para el estudio de la Literatura hispana, siendo ampliamente reconocidos por su influencia posterior.

Qué es poesía


¿Qué es poesía?,

dices mientras clavas
en mi pupila tu pupila azul.

¡Que es poesía!,

Y tú me lo preguntas?

Poesía... eres tú.

Volverán las oscuras golondrinas



Volverán las oscuras golondrinas 


                                                          en tu balcón sus nidos a colgar,
                                                       y otra vez con el ala a sus cristales 

                                                                    jugando llamarán. 



Pero aquellas que el vuelo refrenaban 

tu hermosura y mi dicha a contemplar, 

aquellas que aprendieron nuestros nombres... 

¡esas... no volverán!. 



Volverán las tupidas madreselvas 

de tu jardín las tapias a escalar, 

y otra vez a la tarde aún más hermosas 

sus flores se abrirán. 



Pero aquellas, cuajadas de rocío 

cuyas gotas mirábamos temblar 

y caer como lágrimas del día... 

¡esas... no volverán! 



Volverán del amor en tus oídos 

las palabras ardientes a sonar; 

tu corazón de su profundo sueño 

tal vez despertará. 



Pero mudo y absorto y de rodillas 

como se adora a Dios ante su altar, 

como yo te he querido...; desengáñate, 

¡así... no te querrán! 



Ángel Gon zález Muñiz 


ag.jpg      (Oviedo 6 de septiembre de 1925 – Madrid, 12 de enero de 2008) 
Fue un poeta español.
Nació en Oviedo el 6 de septiembre de 1925. Su infancia se vio fuertemente marcada por la muerte de su padre, fallecido cuando apenas tenía dieciocho meses de edad. La descomposición del seno familiar continuó durante la  Guerra Civil Española,  cuando su hermano Manolo fue asesinado por el bando franquista en 1936.
En 1985 le conceden el Premio Principe de Asturias e las Letras y en 1991 el Premio Internacional Salerno de Poesía. En enero de 1996 fue elegido miembro de la Real Academia Española  en el sillón "P" sustituyendo al escritor Julio Caro Baroja.La madrugada del 12 de enero de 2008 falleció el poeta, a los 82 años, en Madrid, a causa de la insuficiencia respiratoria crónica que padecía

Cumpleaños de amor

¿Cómo seré yo
cuando no sea yo?
Cuando el tiempo
haya modificado mi estructura,
y mi cuerpo sea otro,
otra mi sangre,
otros mis ojos y otros mis cabellos.
Pensaré en ti, tal vez.
Seguramente,
mis sucesivos cuerpos
—prolongándome, vivo, hacia la muerte—
se pasarán de mano en mano,
de corazón a corazón,
de carne a carne,
el elemento misterioso
que determina mi tristeza
cuando te vas,
que me impulsa a buscarte ciegamente,
que me lleva a tu lado
sin remedio;
lo que la gente llama amor, en suma.
Y los ojos
-qué importa que no sean estos ojos-
te seguirán a donde vayas, fieles.

Gustavo Adolfo Becquer


Juana de Ibarbourou



( Montevideo 8 de marzo de 1892, Melo - 15 de julio de 1979) 

Foto de Juana de IbarbourouFue una poetisa uruguaya conocida popularmente como Juana de América.  El 3 de octubre de 1947 fue elegida para ocupar un sillón en la Academia Nacional de Letras. En 1950 fue designada para presidir la Sociedad Uruguaya de Escritores. Cinco años más tarde fue premiada en el  Instituto de Cultura Hispánica de Madrid  por su obra. En 1959 se le concedió el Gran Premio Nacional de Literatura, otorgado ese año por primera vez. Al morir fue velada en el mismo Salón de los Pasos Perdidos en que fue nombrada «Juana de América». El gobierno del momento dispuso un día de duelo nacional  y fue enterrada con honores de Ministro de Estado, siendo la primera mujer en la historia de Uruguay a la que se le otorgó tal distinción.

Pero no fue solo su obra literaria la causa de su fama. Juana de Ibarbourou poseía una belleza cautivadora y fue deseada por muchos hombres. En la época era objeto de envidias y todos pensaban que con su belleza, la fortuna de su esposo, su fama como escritora y una familia constituida, la felicidad de la poetisa estaba garantizada.

Cualquiera podía pensar que había llegado a su plenitud y conocido la felicidad. Pero sin embargo, su vida resultó ser un calvario. Luego se supo que fue víctima de la violencia de su marido y de su hijo. Juana de Ibarbourou, sumida en la tristeza, comenzó a inyectarse pequeñas dosis de morfina. En esa época la morfina se compraba sin ningún tipo de restricción, la empleada de la casa se encargaba de comprarla en la farmacia. Todo el reconocimiento como escritora lo obtuvo antes de sus 30 años. El resto de su vida lo pasó encerrada en su casa, observando el mundo a través de la ventana.
Finalmente la familia se enteró de la adicción de Juana. Tras consumir una dosis alta de morfina, se desmayó y casi sin pulso fue hospitalizada. Los mejores años de su vida los vivió en una pequeña casa en la esquina de Comercio (actual Solano López) y Mahoma.
Durante los años que vivió en Buceo se la vio pocas veces. Los vecinos que hace años viven allí, recuerdan que ocasionalmente salía sola por la noche a dar paseos por la rambla, en bata de dormir, pero siempre maquillada y con un porte muy especial.
Al periodista Diego Fischer siempre le intrigó la vida de la poetisa, pero su curiosidad se acrecentó más, luego que llegara a sus manos una carta de Juana dirigida a un médico, dónde revelaba su romance prohibido con un hombre casado con hijos y 20 años meno


  LA HORA 

JUANA DE IBARBOUROU

Tómame ahora que aún es temprano


                                      y que llevo dalias nuevas en la mano.

                                          Tómame ahora que aún es sombría

                                                  esta taciturna cabellera mía.



Ahora que tengo la carne olorosa

y los ojos limpios y la piel de rosa.



Ahora que calza mi planta ligera

la sandalia viva de la primavera.



Ahora que en mis labios repica la risa

como una campana sacudida aprisa.



Después..., ¡ah, yo sé

que ya nada de eso más tarde tendré!



Que entonces inútil será tu deseo,

como ofrenda puesta sobre un mausoleo.



¡Tómame ahora que aún es temprano

y que tengo rica de nardos la mano!



Hoy, y no más tarde. Antes que anochezca

y se vuelva mustia la corola fresca.



Hoy, y no mañana. ¡Oh amante! ¿no ves

que la enredadera crecerá ciprés?


DESPECHO

¡Ah, qué estoy cansada! Me he reido tanto,

tanto, que a mis ojos ha asomado el llanto;
tanto, que este rictus que contrae mi boca
es un rastro extraño de mi risa loca.

Tanto, que esta intensa palidez que tengo

(como en los retratos de viejo abolengo)
es por la fatiga de la loca risa
que en todo mi cuerpo su sopor desliza.

¡Ah, qué estoy cansada! Déjame que duerma;

pues, como la angustia, la alegría enferma.
¡Qué rara ocurrencia decir que estoy triste!
¿Cuándo más alegre que ahora me viste?

¡Mentira! No tengo ni dudas, ni celos,

Ni inquietud, ni angustias, ni penas, ni anhelos,
Si brilla en mis ojos la humedad del llanto,
es por el esfuerzo de reirme tanto...

VIDA - GARFIO


Amante: no me lleves, si muero al camposanto

A flor de tierra abre mi fosa, junto al riente
alboroto divino de alguna pajarera
o junto a la encantada charla de alguna fuente

A flor de tierrra, amante. Casi sobre la tierra,

donde el sol me caliente los huesos, y mis ojos,
alargados en tallos, suban a ver de nuevo
la lámpara salvaje de los ocasos rojos.

A flor de tierra, amante. Que el tránsito así sea

más breve. Yo presiento
la lucha de mi carne por volver hacia arriba,
por sentir en sus átomos la frescura del viento.

Yo se que acaso nunca allá abajo mis manos

podrán estarse quietas.
Que seimpre como topos arañarán la tierra
en medio de las sombras estrujadas y prietas.

Arrójame semillas. Yo quiero que se enraícen

en la greda amarilla de mis huesos menguados.
¡Por la parda escalera de las raices vivas
Yo subiré a mirarte en los lirios morados.



Francisco Luis Bernárdez
(Buenos Aires , 1900 - Buenos Aires 24 de octubre de 1978) 

Fue un poeta y diplomático argentino Era hijo de padres españoles, y a los veinte años viajó a la patria de sus ancestros. Vivió en España desde 1920 hasta 1924, donde leía a los poetas modernistas que lo influenciaron en sus primeros libros.Se caracterizó por la belleza de sus sonetos, por sus poemas de extenso metro (fue creador de un verso de 22 sílabas), y por su profundidad filosófica (por ejemplo, en La noche). Su traducción poética de los himnos litúrgicos del Breviario Romano, que aún hoy se rezan en algunos conventos argentinos, y sus trabajos en prosa, casi todos verdaderamente poéticos, completan la obra de este notable escritor argentino.

SONETO 

  Si para recobrar lo recobrado


debí perder primero lo perdido,
si para conseguir lo conseguido


tuve que soportar lo soportado, 



Si para estar ahora enamorado


fue menester haber estado herido, 


tengo por bien sufrido lo sufrido, 


tengo por bien llorado lo llorado. 



Porque después de todo he comprobado


que no se goza bien de lo gozado


sino después de haberlo padecido. 



Porque después de todo he comprendido


que lo que el árbol tiene de florido


vive de lo que tiene sepultado. 


Cortázar 2. De Obras Completas, Galaxia Gutenberg, vol. IV
Julio Cortazar

Ixelles, 26 de agosto de 1914- POarís, 12 de febrero de 1984)
Fue un  escritor, traductor e intelectual argentino nacido en Bélgica y nacionalizado francésSe le considera uno de los autores más innovadores y originales de su tiempo, maestro del relato corto, la prosas poética y la narración breve en general, comparable a Jorge Luis Borges, Antón  Chejov o Edgar Allan Poe, y creador de importantes novelas que inauguraron una nueva forma de hacer literatura en el mundo hispano rompiendo los moldes clásicos mediante narraciones que escapan de la linealidad temporal y donde los personajes adquieren una autonomía y una profundidad psicológica, pocas veces vista hasta entonces. Debido a que los contenidos de su obra transitan en la frontera entre lo real y lo fantástico, suele ser puesto en relación con el Surrealismo.Vivió buena parte de su vida en París, ciudad en la que se estableció en 1951, en la que ambientó algunas de sus obras, y donde finalmente murió. En 1981 se le otorgó la ciudadanía francesa. También vivió en  Argentina, España y Suiza. 

Policromías 

  Es increíble pensar que hace doce años 
cumplí cincuenta, nada menos. 

 ¿Cómo podía ser tan viejo

 hace doce años? 

Ya pronto serán trece desde el día 

en que cumplí cincuenta.No parece 

posible.

El cielo es más y más azul, 

y vos más y más linda. 

¿No son acaso pruebas 

de que algo anda estropeado en los relojes? 

El tabaco y el whisky se pasean 

por mi cuarto, les gusta 

estar conmigo. Sin embargo 

es increíble pensar que hace doce años

cumplí dos veces veinticinco. 

Cuando tu mano viaja por mi pelo

sé que busca las canas, vagamente

asombrada. Hay diez o doce,

tendrás un premio si las encontrás.

Voy a empezar a leer todos los clásicos 

que me perdí de viejo. Hay que apurarse,

esto no te lo dan de arriba, falta poco 

para cumplir trece años desde 

que cumplí los cincuenta.

A los catorce pienso

que voy a tener miedo,

catorce es una cifra

que no me gusta nada 

para decirte la verdad.

a


Pablo Neruda
(Parral, 12 de julio de 1904- Santiago, 23 de septiembre de 1973)

De nacimiento Ricardo Eliecer Neftalí Reyes Basoalto,  fue un poeta chileno, considerado entre los mejores y más influyentes de su siglo; "el más grande poeta del siglo XX en cualquier idioma", según Gabriel García Márquez. También fue destacado activista político, senador, miembro del Comité Central del Partido Comunista, precandidato a la presidencia de su país y embajador en Francia. Entre sus múltiples reconocimientos se destacan el Premio Nobel de Literatura de 1971 y un Doctorado Honoris Causa por la Universidad de Oxford. "Ningún poeta del hemisferio occidental de nuestro siglo admite comparación con él", ha escrito el crítico literario Harold Bloon, quien lo considera uno de los veintiséis autores centrales del canon de la literatura occidental de todos los tiempos.   



  La Poesía


Y fue a esa edad... 
Llegó la poesía a buscarme. 
No sé, no sé de dónde
salió, de invierno o río.
No sé cómo ni cuándo,
no, no eran voces, no eran
palabras, ni silencio,
pero desde una calle me llamaba,
desde las ramas de la noche,
de pronto entre los otros,
entre fuegos violentos
o regresando solo,
allí estaba sin rostro
y me tocaba.

Yo no sabía qué decir, mi boca
no sabía
nombrar,
mis ojos eran ciegos,
y algo golpeaba en mi alma,
fiebre o alas perdidas,
y me fui haciendo solo,
descifrando
aquella quemadura,
y escribí la primera línea vaga,
vaga, sin cuerpo, pura
tontería,
pura sabiduría
del que no sabe nada,
y vi de pronto
el cielo
desgranado
y abierto,
planetas,
plantaciones palpitantes,
la sombra perforada,
acribillada
por flechas, fuego y flores,
la noche arrolladora, el universo.

Y yo, mínimo ser,
ebrio del gran vacío
constelado,
a semejanza, a imagen
del misterio,
me sentí parte pura
del abismo,
rodé con las estrellas,
mi corazón se desató en el viento.



POEMA 15 

Me gustas cuando callas porque estás como ausente, 
y me oyes desde lejos, y mi voz no te toca. 
Parece que los ojos se te hubieran volado 
y parece que un beso te cerrara la boca. 

Como todas las cosas están llenas de mi alma 
emerges de las cosas, llena del alma mía. 
Mariposa de sueño, te pareces a mi alma, 
y te pareces a la palabra melancolía. 

Me gustas cuando callas y estás como distante. 
Y estás como quejándote, mariposa en arrullo. 
Y me oyes desde lejos, y mi voz no te alcanza: 
déjame que me calle con el silencio tuyo. 

Déjame que te hable también con tu silencio 
claro como una lámpara, simple como un anillo. 
Eres como la noche, callada y constelada. 
Tu silencio es de estrella, tan lejano y sencillo. 

Me gustas cuando callas porque estás como ausente. 
Distante y dolorosa como si hubieras muerto. 
Una palabra entonces, una sonrisa bastan. 
Y estoy alegre, alegre de que no sea cierto.





Friedrich Wilhelm 
Nietzsche 


( Rocken, cerca de Lutzen, 14 de octubre de 1844 – Weimar 25 de agosto de 1900)
Fue un  filósofo, poeta, mújsico y filólogo alemán,  considerado uno de los pensadores modernos más influyentes del siglo XIX.
Realizó una crítica exhaustiva de la cultura la  religión y la filosofía occidental mediante la deconstrucción de los conceptos que las integran, basada en el análisis de las actitudes morales (positivas y negativas) hacia la vida. Este trabajo afectó profundamente a generaciones posteriores de teólogos, filósofos, sociólogos, psicólogos, poetas, novelistas y dramaturgos.
Meditó sobre las consecuencias del triunfo del secularismo de la ilustración, expresada en su observación «Dios ha muerto», de una manera que determinó la agenda de muchos de los intelectuales más célebres después de su muerte. Es considerado uno de los tres «Maestros de la sospecha" (según la conocida expresión de Paul Ricoeur), junto a Karl Marx y Sigmund Freud. 


Aforismo
El poeta que, a sabiendas,
Puede en sus versos mentir.
Es el único que en todo
La verdad puede decir.


El caminante 

A través de la noche el caminante 
A buen paso camino va adelante, 
Y va dejando atrás sin pesadumbre 
El hondo valle, la escarpada cumbre. 
La noche es bella, pero ¿qué le importa? 
Por nada su ligero paso acorta, 
Aunque no sepa, pobre peregrino, 
A donde ha de llevarle su camino. 

De pronto un ave canta. Oh, ave, dime: 
¿Qué es lo que haces? Dí, ¿por qué me oprime 
Tu voz mi corazón y me detienes? 
Dime por qué derramas en mis sienes 
Ese sopor tan dulce que asi liga 
Mis sentidos y, oyéndote, me obliga 
A suspender mi marcha. ¿A qué me llamas 
Con tu trinar, oculto entre las ramas? 

El buen pájaro calla, y dice así: 
No, caminante; no te llamo a ti; 
Desde esta cumbre, en trémulos gorjeos 
La hembra llamando estoy de mis deseos. 
¿Qué te importa? Soñando siempre en ella, 
Para mi solo no es la noche bella. 
¿Qué te importa? En el mundo siempre errante, 
No te has de detener un solo instante. 
¿Aún inmóvil estás? ¡Ah, peregrino! 
¿Qué se te da de mi cantar divino? 

Calló el buen pájaro y pensó entre si; 
¿Qué le importa mi dulce melodía? 
¿Qué hace aqui 
Sin moverse todavia? 
No te detengas, pobre caminante; 
Siempre adelante ve, siempre adelante. 


Crepúsculo 

Ya que el día cansado está del día, 
Ya que el ansia anhelante del arroyo 
Esperanzas susurra de consuelo, 
Ya que la esfera pálida del cielo 
En finas blondas de oro suspendida, 
¡Descansa! al oído dice al fatigado ... 
¿Por qué, mi corazón, tú no descansas? 
¿Qué te espolea en tu incesante huida 
Que los pies te ensangrienta?... 
Dí, ¿qué esperas?





Wisława Szymborska
 



 (Prowent, actual Kornik  2 de julio de 1923  - Cracovia, 1 de febrero de 2012
Fue una poetisa, ensayista y traductora polaca. Premio Nobel de Literatura 1996 


Fue miembro del comunista Partido Obrero Unificado Polaco, del que con el tiempo se iría hasta adoptar una postura crítica (en 1957 ya comienza a tener contacto con disidentes, entabla amistad con Jerzy Giedroyc y colabora en su revista Kultura que se publica en París).
Del montón

Soy la que soy,
casualidad inconcebible
como todas las casualidades.
Otros antepasados
podrían haber sido los míos
y yo habría abandonado
otro nido,
o me habría arrastrado cubierta de escamas
de debajo de algún árbol.
En el vestuario de la naturaleza
hay muchos trajes.
Traje de araña, de gaviota, de ratón de monte.
Cada uno, como hecho a medida,
se lleva dócilmente
hasta que se hace tiras.
Yo tampoco he elegido,
pero no me quejo.
Pude haber sido alguien
mucho menos personal.
Parte de un banco de peces, de un hormiguero, de un enjambre,
partícula del paisaje sacudido por el viento.
Alguien mucho menos feliz
criado para un abrigo de pieles
o para una mesa navideña,
algo que se mueve bajo un cristal de microscopio.
Árbol clavado en la tierra,
al que se aproxima un incendio.
Hierba arrollada
por el correr de incomprensibles sucesos.
Un tipo de mala estrella
que para algunos brilla.
¿Y si despertara miedo en la gente,
o solo asco,
o sólo compasión?
¿Y si hubiera nacido no en la tribu debida
y se cerraran ante mí los caminos?
El destino hasta ahora ,
ha sido benévolo conmigo.
Pudo no haberme sido dado
recordar buenos momentos.
Se me pudo haber privado
de la tendencia a comparar.
Pude haber sido yo misma, pero sin que me sorprendiera,
lo que habría significado
ser alguien totalmente diferente.



Si acaso

Podía ocurrir.
Tenía que ocurrir.
Ocurrió antes. Después.
Más cerca. Más lejos.
Ocurrió; no a ti.

Te salvaste porque fuiste el primero.
Te salvaste porque fuiste el último.
Porque estabas solo. Porque la gente.
Porque a la izquierda. Porque a la derecha.
Porque llovía. Porque había sombra.
Porque hacía sol.

Por fortuna había allí un bosque.
Por fortuna no había árboles.
Por fortuna una vía, un gancho, una viga, un freno,
un marco, una curva, un milímetro, un segundo.
Por fortuna una cuchilla nadaba en el agua.

Debido a, ya que, y en cambio, a pesar de.
Qué hubiera ocurrido si la mano, el pie,
a un paso, por un pelo,
por casualidad,
¡Ah, estás? ¿Directamente de un momento todavía entreabierto?
¿La red tenía un solo punto, y tú a través de ese punto?
No dejo de asombrarme, de quedarme sin habla.
Escucha
cuán rápido me late tu corazón.

De "Si acaso" 1978   
Versión de Abel A. Murcia





La primera foto de Hitler



Quién es ese muchachito de abrigo desparejo? 

Ese es el bebito Adolfo, el varoncito de los Hitler! 

 ¿Llegará a ser doctor en Derecho cuando sea grande? 

 ¿O un tenor en la ópera de Viena? 

¿De quién es esa manecita, de quién esa orejita, ojitos y naricita? 

 ¿De quién esa barrigtiita llena de leche? simplemente no lo sabemos 

¿Del editor, el doctor, el comerciante, el sacerdote? 

¿Por dónde van a deambular con el tiempo esos cielitos? /

¿Cerca de un jardín, una escuela, una oficina, una novia? 

¿De la hija del burgomaestre, tal vez? 

 Precioso angelito, solcito de mami, pancito de miel. /

Mientras estaba naciendo, hace un año,  no había ninguna escasez de señales en la tierra y cielo: 

el sol de la primavera, geranios en las ventanas,  la música del organillo en el patio, una fortuna venturosa envuelta en papel rosado.

 Justo antes del trabajo de parto, el fatídico sueño de su madre. 

/ Ver una paloma en sueños significa buenas noticias -si es apresada, presagia la llegada de un huésped muy esperado-. 

Toc, toc, ¿quién anda allí?, es el corazoncito de Adolfo que golpea.


Un pequeño chupete, pañal, sonajero, babero, 
 nuestro robusto chiquito está bien, gracias a Dios y tocando madera, 
es igualito a sus padres, como un gatito en una canasta, como la criatura de cualquier álbum familiar.
 Shhh, no empieces a llorar, dulce, la cámara va a gatillar desde abajo del manto negro.
 Atelier Klinger, Grabenstrasse, Braunen. Y Braumen es un pueblo chico pero respetable -negocios honestos, vecinos corteses,  aroma de masa de levadura, de jabón gris. 
Naclie escucha los aullidos de los perros o los pasos del destino.  

Un profesor de Historia se afloja el cuello de la camisa  y bosteza frente a su tarea.